A Sun: el sol taiwanés que abrasó al festival de Toronto.
- Alberto
- 15 jul 2020
- 3 Min. de lectura

El sol que abrasa es el último largometraje del director taiwanés Chung Mong-hong y, que junto a Chang Yaosheng co-escribe esta conmovedora historia. El también guionista tiene una carrera creciente en la dirección, ha sido reconocido a nivel local por sus contados trabajos, éste por supuesto no es la excepción, causando revuelo en la ultima edición del Festival Internacional de cine de Toronto.
Esta vertiginosa historia comienza con la ejecución de un violento crimen: en una primer secuencia de la cinta, se nos adentra a un restaurante donde se perpetuaría dicho evento a manos de dos jóvenes; a los cuales; aún no les vemos el rostro. Pronto se revela a los implicados, uno de ellos es A-hé (Chien-Ho Wu), hijo menor de una familia de clase media compuesta por su madre Qin (Samantha Ko), su padre A-wen, interpretado extraordinariamente por Chen Yi-wen y su hijo mayor prodigio de casa, A-hao (Greg Hsu). El mayor es un chico inteligente, sofisticado, cariñoso e introvertido; contrario a su hermano A-hé, que gracias a su extroversión desde pequeño tuvo problemas de conducta, académicamente no se pudo desarrollar tanto como el primero, y desde luego que estos antecedentes lo llevarán a la situación en la que está involucrado hoy.
Acto seguido al anterior delito A-hé es condenado a dos años en un correccional, su padre lejos de asentar exige al juez no escatimar en la severidad del castigo para su hijo. A-wen, siempre ha sido un hombre riguroso y cerrado, veremos estas características acentuarse gradualmente al devenir de la trama generando oposición en sus lazos afectivos. Por su parte, Qin afligida por la resolución, confronta la conducta de su pareja sólo para conocer y apencar la postura de rechazo que éste tendrá para el menor de sus hijos, desde ahora sólo reconoce tener a uno de ellos. Este último trabaja como instructor en una escuela de manejo

Derivado de este fatal suceso llegarán un par más (como el embarazo de una figura adyacente a la historia), que le otorgan al drama una agilidad tremenda en el primer y parte de su segundo acto correspondientes a los 156 minutos de extensión. No sería spoiler si anticipo algún otro de estos eventos, pues repito, que pese a lo increíble que parezca sólo son parte de la premisa; sin embargo, si que te predispone como espectador, así que, a ustedes les tocará descubrirlos. Cabe mencionar que estas desventuras sin duda, marcan la vida de cada uno de los personajes de formas impensadas, la caída de su consanguíneo en el reformatorio les acarrea situaciones desagradables: laborales, escolares y sociales a cada uno. Tornan de un homogéneo gris la atmosfera de la cinta, es un vaivén de emociones muy disfrutables las que Mong-hong nos regala en este trabajo. Ciertamente la duración rebasa la agilidad haciendo que la película no logre mantener igual viveza a lo largo de su poco más de dos horas y media; aunque, los tramos más ligeros no son pesados igualmente te premian de una mezcla de sensaciones impredecibles. Ésta es un autentico drama pero, sutilmente se da el tiempo de escapar apenas, vislumbrando pedazos de una comedia negra que genera risas nerviosas en los presentes, que ayudan a digerir el apabullante ritmo de lo sucedido.

Me permito asegurar, obvio desde mi humilde percepción que El sol que abrasa debe colocarse como una de las mejores cintas de 2019. Es cautivador este resurgimiento del cine asiático, que muestra increíbles semejanzas entre sus discursos: narrativas, que retratan la desigualdad social; muestran los entramados familiares y el crecimiento desmedido de su población: que degenera la calidad de vida de los ciudadanos de cada una de sus latitudes, enclaustrándonos en fotografías multitudinarias. Sumamente interesante, en igual medida, los paralelos que tiene con la realidad occidental. El subtexto de la película es tan potente que el reflejarse en la violencia que propone no es adverso aún para la clase media latinoamericana que atraviesa por semejantes circunstancias. Existe una inmediata correspondencia emocional con sus protagonistas.
El metraje reproduce estupendamente el desdén juvenil; la reinserción social e intenta reconciliar los vínculos familiares, y lo consigue con un sencilla pero bella construcción visual, a cargo del propio jefe de producción.
No dejen pasar la oportunidad de ensayar esta maravillosa historia que estará disponible en plataformas digitales .Este sol que cautivó a todos en su presentación en Toronto, espero que igualmente lo haga contigo, pues seguirá brillando a través de Netflix.
Gracias por leer :)
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