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Lo mejor de Anderson en su propio The New Yorker: The French Dispatch

  • Foto del escritor: Alberto
    Alberto
  • 14 nov 2021
  • 4 Min. de lectura

La crónica francesa es la más reciente propuesta cinematográfica del amado director, nacido en Houston: Wes Anderson. Pese al atraso de un año que tuvo en su estreno por la contingencia de salud y, luego de presentarse en el último festival de Cannes. Llega a nosotros, la historia de este semanario Norteamericano situado en la ciudad ficticia francesa Ennui-sur-Blasé al final de la década de los 60. La fascinación de Anderson por el The New Yorker (revista semanal de investigación periodística, famosa a nivel internacional por la calidad de sus reportajes), lo lleva a escribir su propia versión cinematográfica de esta publicación. Donde más tarde, se unirían a la escritura de su guion, nuevamente el también productor, Roman Coppola, el ilustrador Hugo Guinness y Jason Schwartzman quienes, finalmente darían vida a este pintoresco retrato sobre el quehacer periodístico dejando a un lado su rigor que ya puede verse en otras cintas. The French Dispatch es una colección de tres historias cortas, narradas por los periodistas que, en algún momento, las escribieron para el semanario. El periódico tendrá una última edición y para ello, sus colaboradores preparan una tirada especial con los reportajes más leídos que, a su vez están basados en artículos reales publicados en el New Yorker. La película comienza con la introducción a la historia del periódico fundado por Arthur Howitzer Jr (Bill Murray), contada por el periodista y colaborador Herbsaint Sazerac (Owen Willson), quien además nos da un recorrido por la ciudad donde se funda el semanario para el que trabaja.

Foto cortesía de producción.

Una vez terminada la introducción, conocemos a los demás periodistas del semanal; a través, del relato de sus columnas. La primer crónica es contada por JKL Berensen (Tilda Swinton), llamada: The Concrete Masterpiece. Fundamentada en la publicación del Yorker, The Days of Duveen: Historia del comerciante de arte Joseph Duveen. El protagonista de esta adaptación es Moses Rosenthaler (Benicio del Toro), un artista prisionero por asesinato que atrae la mirada del mercader de pinturas Julien Cadazio (Adrien Brody), personaje en el cual se basa el reportaje antes mencionado. Cadazio es cautivado por un retrato abstracto de Simone (Léa Seydoux), guardia de seguridad en la prisión y amante de Moses. Julien Cadazio busca al creador de la pieza para comprársela y; además, juntos ganar mucho dinero gracias al éxito de sus cuadros. Tras años de prestigio, la relación entre el marchante y el artista se fractura por una crisis creativa de Rosenthaler, el desenlace de la crónica desemboca en una trifulca en la penitenciaría. La segunda anécdota ha sido escrita por Lucinda Krementz (Frances McDormand es la encargada de darle vida estupendamente a este personaje). Revisions to a Manifesto: retrata una huelga estudiantil, creando el puente histórico con el acontecimiento denominado Mayo francés; que se trató de una serie de manifestaciones universitarias en París en 1968 en contra de las instituciones e; incluso, de sus propias entidades educativas para abolir el autoritarismo y capitalismo que, en aquel entonces, se se impuso en Francia. El símil de la época fue titulado The Events in May: A Paris Notebook reportaje bajo la redacción de Mavis Gallant para el New Yorker.

Foto cortesía de producción.

Krementz, es buena amiga de los padres de Zeffirelli (Timothée Chalamet), uno de los líderes de la movilización estudiantil. Ambos personajes se encuentran en una relación meramente física donde la solitaria periodista se juega la moral con tal de ayudar al anarquista con el manifiesto que escribe en la revolución que encabeza. Revuelta que se disputa desde un tablero de ajedrez, al centro del conflicto, en contra el régimen adversario. Al tercer acto de la cinta le corresponde The Private Dining Room of the Police Commissioner; sin embargo, a ustedes les tocará descubrir la historia junto con el desenlace del largometraje.

La crónica francesa es, probablemente el mejor trabajo en la carrera del director estadounidense. Pese a que, nos encontramos nuevamente ante las convenciones clásicas del trabajo de este realizador como su brillante estética, me atrevo a asegurar que es su ejercicio más arriesgado pues, se aventura hasta a improvisar en el aspecto visual. Esta vez, se aparta de los tonos pastel, un poco, para recrearnos sus artículos en un monocromo igualmente bello. Va más allá y combina su puesta en escena por demás teatral con la animación (nunca antes utilizada en su cine), hasta cámara en mano deja ver en un par de escenas, contrastando a la simetría acostumbrada en sus movimientos de la lente. Y sí, una de las criticas más grandes a su trabajo es el poco compromiso de sus guiones con temas más políticos. Pues, en esta entrega alcanza lo que hasta ahora podría verse como su tarea más completa en ese aspecto, un viaje que inició con El Gran Hotel Budapest y que ahora alcanza la cúspide. Por esto y por el desfile interminable de magníficos interpretes, entre viejos conocidos y debutantes con el director como Bill Murray, Tilda Swinton, Owen Willson, Frances McDormand, Timothée Chalamet, Léa Seydoux, Benicio del Toro es que merece completamente la pena no perderse esta película que desde ahora está disponible en salas en México. Gracias por leer :)

Foto cortesía de producción.

 
 
 

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