La oveja negra del rebaño: The Other Lamb
- Alberto
- 22 oct 2020
- 4 Min. de lectura

The Other Lamb es una cinta de horror de 2019 dirigida por la realizadora polaca Malgorzata Szumowska y, protagonizada por la joven actriz Raffey Cassidy; a quien vimos también en El sacrificio del ciervo sagrado de Yorgos Lanthimos y en Nightwalk de este año, cortometraje posterior de Szumowska quien la retoma como musa (este último lo pueden ver en YouTube).
La historia sigue a Selah, la adolescente que pertenece a un culto religioso formado en su totalidad por mujeres. Guiadas; eso sí, por un hombre a quien se refieren, en la película, como El Pastor. Su corta edad, crea en ella una ciega devoción hacía su mentor que poco a poco irá perdiendo en su camino a la adultez.
Alejada y en medio del bosque se encuentra esta comunidad sostenida por mujeres que cantan y realizan los trabajos domésticos del campamento. Éstas llevan el pelo recogido; asimismo, largos vestidos tejidos que las identifica en dos grupos según su rol en el culto: por un lado están las 'esposas' quienes portan ropajes de color carmesí y llevan más tiempo en el grupo. Y, por otro lado, se encuentran las 'hijas', jóvenes entusiastas religiosas, producto de la relación del pastor con sus madres y, de vestimenta azul. Esta variación de tonos está ligada; precisamente, a la madurez, la fertilidad y la evolución que cada una enfrenta.
Conforme avanza la cinta, su directora explora la relación que, tanto las participantes tienen con su mentor; como la que llevan consigo. Contrario al orden que aparentan en el grupo, entre ellas existen constantes rencillas por las tareas cotidianas, hecho que desnuda sus verdaderos complejos: todas (sobre todo las más jóvenes), buscan satisfacer al pastor pues en ellas prevalece esta ciega fe que en las más experimentadas se ha perdido. Es en este principio donde inicia Selah su aprendizaje, es una de las ovejas más disciplinadas y fieles del rebaño, procura hacer todo para complacer a su maestro. En esta condescendencia, además, se asoma una atracción carnal que apunta a escalar peldaños en esta jerarquía común; pues, la protagonista se encuentra en la transición adolescentes que la incluye en el juego de sus compañeras por la atención de su patriarca.

Apoyada en esta atmosfera obscura y desaturada que comparte con The Wich, joya de Robert Eggers, ambas películas retratan la transformación de sus protagonistas. La rebeldía en ambas, de tirar lo establecido, echar abajo los paradigmas y cuestionarse el absolutismo que permea a sus entornos. En caso de Selah lo hace luego de experimentar cambios en su cuerpo que le anuncian su transición, el dejar de ser una niña y dar paso a la mujer. Las últimas noches ésta ha tenido unas raras pesadillas, muy bien logradas por el director de fotografía Michal Englert (y hablando de la estética de la película), consigue hipnóticos e inquietantes movimientos de cámara dotando a los sueños de agitadas sensaciones al espectador. Estos sueños conversan acerca de la feminidad y las convecciones de serlo en una sociedad claramente patriarcal. Sus paseadillas vienen precisamente, de la culpabilidad que la interpretada por Cassidy atraviesa al tener su primer periodo; el cual, en general se observa como algo sucio o impuro. Selah observa en estas visiones, animales muertos bañados de sangre que son una certera metáfora hacia la menstruación.
Buscando respuestas a lo que atraviesa y a sus constantes pesadillas, la joven se encuentra con Sarah (Denise Gough), una de las esposas de más tiempo en la comunidad, que por ciertos motivos es separada del grupo. Producto de la relación que entablan, Selah comienza a cuestionar intensamente lo que sabe y las dinámicas de las cuales ha sido participe durante mucho tiempo. Sarah comenta sus experiencias con el pastor, resumiendo su discurso en que al principio, la atención de éste es como un sol glorioso que ilumina pero, después se vuelve intenso y arde.

El rebaño es echado de su asentamiento y tienen que migrar en busca de otro lugar para vivir. Aquí llega un viaje físico y psicológico para madres e hijas que dejará ver el lado más salvaje de su 'mesías'.
The Other Lamb es una película que vale mucho la pena ver, condena el machismo y la misoginia. Misoginia que a pesar de no verse explicita al principio del filme; sino, en su último tercio, siempre está latente en como se conforma la comuna: este sistema patriarcal que decide sobre el cuerpo de la mujer y su accionar. Sólo quien logre abrir los ojos será capaz de escapar de esta red.
Otro de los temas que se exhiben en la cinta es el culto a las sectas, la opresión de religiones ortodoxas y la adoración a figuras absolutistas o mesiánicas. De hecho ambas conversaciones las logra homologar muy bien, Malgorzata desde el parecido del patriarca con Jesucristo. Por lo cual se le ha comparado con la cinta de Ari Aster, Midsommar que, igualmente cuestiona sobre la naturaleza de las sectas. Este fanatismo sorprendente que está seduciendo al genero de horror en los últimos tiempos.
Si bien, La otra oveja cuenta con interesantes temas que apreturan al dialogo; no logra profundizar en ellos lo suficiente para comer en la misma mesa de sus predecesoras o compañeras del genero, no consiguiendo redondear un interesante trabajo. No obstante, vale mucho la pena hacer el visionado y cada quien dar la lectura más adecuada de esta oveja descarriada que motivo suficiente será su grandioso diseño de producción, regalando una experiencia visual muy placentera.
Gracias :)

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