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Relic: la aterradora belleza del envejecimiento.

  • Foto del escritor: Alberto
    Alberto
  • 31 jul 2020
  • 3 Min. de lectura

Relic marca el debut de la directora Australiana Natalie Erika James. Hizo su estreno en el Sundance Film Festival a principios de año y su debut comercial sucedió en esta mitad de 2020 a través de plataformas digitales debido a la crisis por la contingencia sanitaria.

Esta cinta forma una vertical fílmica importante, las expectativas ante ésta son altas pues, en formas, le preceden filmes como la ópera prima de Ari Aster Hereditary y la de la también australiana, Jennifer Kent: Babadook. Y digo en formas pues, son trabajos que se alejan de las convenciones del género, son películas con un diseño visual bien cuidado, bastante estéticas para tratarse de cintas de terror. Pero, que perfectamente pueden formar un subgénero en el horror; de hecho, en mi opinión, escapan a los clásicos Jumpscare a los que estamos acostumbrados. Yo además sumaría a estos arquetipos el trabajo que está realizando Robert Eggers. Encima de toda expectativa, existe aún un símil con la primer cinta de Aster por sus paralelos narrativos: ambas cuentan dramas que escalan los arboles genealógicos de sus protagonistas. Cuenta la directora de Relic que en realidad, después de ver Hereditary tuvo que cambiar el oficio de su protagonista Edna (Robyn Nevin) quien de trabajar haciendo muebles para casas de muñecas pasó a modelar velas pues la protagonista de El legado del diablo hace algo parecido con el diseño de sus figuras a escala. Por esto, Natalie reconoce y toma como elogio toda comparación de su trabajo con el del director estadounidense.

Tanto James como sus colegas, James fue moldeando la idea de su primer cinta a partir, de cortos previos. Relic fue mutando de Creswick cortometraje publicado un par de años antes que su sucesora. Me parece por demás interesante el como los realizadores pasan tiempo en perfeccionar y desenredar los secretos de sus historias para presentarlas impolutas.

Esta historia comienza con la llegada de madre e hija Kay (Emily Mortimer) y Sam (Bella Heathcote) a la casa de la abuela Edna; quien está desaparecida. Pese a la urgencia y desesperación por encontrar a su madre, sabemos que el vinculo afectivo lleva años roto, un año ha pasado desde la última vez en que Kay tuvo comunicación con su madre. Patrón de distanciamiento que aparentemente se replica con Sam y su madre, mientras esperan noticias de la abuela; ambas interactúan en la casa y descubren el escaso nexo que ahora mantienen. El tiempo; la madurez, incompatibilidad han hecho que éstas poco a poco sepan menos una de la otra.

Tiempo después de hablar con los vecinos y denunciar la desaparición a las autoridades, Edna regresa casa, nieta e hija cuestionan por su desaparición reconociendo el ahora deteriorado estado mental de la abuela. Por si fuera poco, además de la decrepitud psicológica se comienza a manifestar esta decadencia de forma física: Edna, por ejemplo, ya no controla sus esfínteres, muestra profundas manchas negras por todo el cuerpo y esto, forma parte de la aterradora estética de la cinta. El otro factor causante de suspenso en el largometraje: es la casa, clara alegoría de la personalidad de quien la habitó, es un reflejo del linaje al que pertenecen sus protagonistas. Lo que acontece en la casa no hará entender estas escalas familiares. A medida de que pasan los días, la convivencia se estrecha pero las situaciones desagradables se acentúan, las escenas de más tensión están por llegar.

La cinta presume los complejos en las relaciones afectivas de padres e hijos, los paradigmas, que por ende se manifiestan a la postre: esta repetición sistemática y círculos viciosos en la educación y lo difícil de escapar a lo heredado, que muchas veces se queda como marcas en la piel. Es una película autentica, con cimientos sólidos para sostenerse como una de las mejores en su categoría, que repito, no necesita de exagerados sobresaltos para mantener al filo al espectador. Si bien, cuenta con elementos propios del suspenso: como la utilización de subsónicos por ejemplo; no cae en convenciones reiterativas.

Una cinta que nos habla sobre el ciclo de vida, la vejez, compasión, la soledad de tres mujeres que entenderán la importancia de los lazos maternales que están por encima de cualquier otra cosa.


Pese a que no genere las sensaciones de horror que se espera en una cinta así, considero que no hay nada más espeluznante que la vida misma y esto lo consigue extraordinariamente Relic y su aterradora belleza. Sí por paradójico que parezca. Gracias por leer :)

 
 
 

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